miércoles, 23 de septiembre de 2009
15 dias en agosto
lunes, 21 de septiembre de 2009
Dime cómo bebes...
Recordad que constantemente estamos comunicando algo: es imposible no comunicar. Tu ropa, tus gestos, hasta tus silencios, están diciendo cosas sobre ti.
jueves, 17 de septiembre de 2009
No esperes
No esperes estar solo para reconocer el inmenso valor de un amig@... No esperes el luto del mañana para reconocer la importancia de quienes están hoy en tu vida ...
No esperes tener el mejor de los empleos para ponerte a trabajar... No esperes la nostalgia del otoño para recordar un consejo...
No esperes...
No esperes la enfermedad para reconocer que tan frágil es la vida... No esperes a la persona perfecta para entonces enamorarte...
No esperes el dolor para pedir perdón... No esperes la separación para buscar la reconciliación...
No esperes elogios para creer en ti mism@...
No esperes...
No esperes que los demás tomen la iniciativa, cuando sabes que tu tienes la culpa... No esperes el "yo también" para decir "te amo"...
No esperes tener dinero por montones para entonces ayudar al pobre... No esperes el día de tu muerte si aún no has amado la vida . . .
¿Qué estás esperando ?...
(http://fluyendo.ning.com)
domingo, 13 de septiembre de 2009
¿Y ante la adversidad?
Sin embargo, esto no es más que una percepción de la realidad, no la realidad en sí misma. Todo ser humano obtiene información del entorno a través de los sentidos, pero esta información se recibe a un nivel bastante subjetivo, ya que cada persona posee un sistema de valores y creencias diferente. Queda, por tanto, muy sesgada. Y si no lo veis claro, pensad en cualquier discusión que hayáis tenido con alguien debida a dos formas muy dispares (y seguramente contrapuestas) de observar un hecho. Este hecho es el que es, la realidad es inmutable; sin embargo, cada sujeto la vivencia y la experimenta de forma distinta.
Y esto nos puede dar que pensar...
- Entonces, quizás, ante algo "negativo" que me esté pasando, ¿podría ser que mi visión de lo que ocurre esté distorsionada, o sea exagerada? ¿Podría observar este hecho desde otro punto de vista menos dañino y más constructivo? ¿Podría sacar alguna conclusión o aprender algo? ¿Podría incluso sentirme mejor y ser más feliz?
Donde pongas tu pensamiento, allí estarás en el futuro. Si ante la adversidad pienso en negativo, que todo me va a salir mal, que de esta no salgo...seguramente será así. Si, por el contrario, pienso que es algo pasajero, que lo que no me mata me hace más fuerte, y que estaré bien...seguramente también será así. El poder del pensamiento no tiene límites.
La resiliencia es la habilidad de "renacer de tus propias cenizas". Es la capacidad de saber levantarte, de saber encajar los fracasos de manera constructiva, de ser consciente de que tú puedes elegir tu actitud ante los imprevistos o los infortunios. No podemos elegir las cartas que se nos reparten, pero sí podemos elegir la manera de jugarlas.
¿Y tú, como juegas tus cartas?
domingo, 6 de septiembre de 2009
Real or Fake?
sábado, 5 de septiembre de 2009
Cuánto más peligro tiene un imbécil que un malvado.
Cuadrilla de golfos apandadores, unos y otros. Refraneros casticistas analfabetos de la derecha. Demagogos iletrados de la izquierda.Presidente de este Gobierno. Ex presidente del otro. Jefe de la patética oposición. Secretarios generales de partidos nacionales o de partidos autonómicos. Ministros y ex ministros -aquí matizaré ministros y ministras- de Educación y Cultura. Consejeros varios. Etcétera. No quiero que acabe el mes sin mentaros -el tuteo es deliberado- a la madre. Y me refiero a la madre de todos cuantos habéis tenido en vuestras manos infames la enseñanza pública en los últimos veinte o treinta años. De cuantos hacéis posible que este autocomplaciente país de mierda sea un país de más mierda todavía. De vosotros, torpes irresponsables, que extirpasteis de las aulas el latín, el griego, la Historia, la Literatura, la Geografía, el análisis inteligente, la capacidad de leer y por tanto de comprender el mundo, ciencias incluidas. De quienes, por incompetencia y desvergüenza, sois culpables de que España figure entre los países más incultos de Europa, nuestros jóvenes carezcan de comprensión lectora, los colegios privados se distancien cada vez más de los públicos en calidad de enseñanza, y los alumnos estén por debajo de la media en todas las materias evaluadas.
Pero lo peor no es eso. Lo que me hace hervir la sangre es vuestra arrogante impunidad, vuestra ausencia de autocrítica y vuestra cateta contumacia.
Aquí, como de costumbre, nadie asume la culpa de nada. Hace menos de un mes, al publicarse los desoladores datos del informe Pisa 2006, a los meapilas del Pepé les faltó tiempo para echar la culpa de todo a la Logse de Maravall y Solana –que, es cierto, deberían ser ahorcados tras un juicio de Nuremberg cultural–, pasando por alto que durante dos legislaturas, o sea, ocho años de posterior gobierno, el amigo Ansar y sus secuaces se estuvieron tocando literalmente la flor en materia de Educación, destrozando la enseñanza pública en beneficio de la privada y permitiendo, a cambio de pasteleo electoral, que cada cacique de pueblo hiciera su negocio en diecisiete sistemas educativos distintos, ajenos unos a otros, con efectos devastadores en el País Vasco y Cataluña.
Y en cuanto al Pesoe que ahora nos conduce a la Arcadia feliz, ahí están las reacciones oficiales, con una consejera de Educación de la Junta de Andalucía, por ejemplo, que tras veinte años de gobierno ininterrumpido en su feudo, donde la cultura roza el subdesarrollo, tiene la desfachatez de cargarle el muerto al «retraso histórico».
O una ministra de Educación, la señora Cabrera, capaz de afirmar impávida que los datos están fuera de contexto, que los alumnos españoles funcionan de maravilla, que «el sistema educativo español no sólo lo hace bien, sino que lo hace muy bien» y que éste no ha fracasado porque «es capaz de responder a los retos que tiene la sociedad», entre ellos el de que «los jóvenes tienen su propio lenguaje: el chat y el sms». Con dos cojones.
Pero lo mejor ha sido lo tuyo, presidente –recuérdame que te lo comente la próxima vez que vayas a hacerte una foto a la Real Academia Española–. Deslumbrante, lo juro, eso de que «lo que más determina la educación de cada generación es la educación de sus padres», aunque tampoco estuvo mal lo de «hemos tenido muchas generaciones en España con un bajo rendimiento educativo, fruto del país que tenemos».
Dicho de otro modo, lumbrera: que después de dos mil años de Hispania grecorromana, de Quintiliano a Miguel Delibes pasando por Cervantes, Quevedo, Galdós, Clarín o Machado, la gente buena, la culta, la preparada, la que por fin va a sacar a España del hoyo, vendrá en los próximos años, al fin, gracias a futuros padres felizmente formados por tus ministros y ministras, tus Loes, tus educaciones para la ciudadanía, tu género y génera, tus pedagogos cantamañanas, tu falta de autoridad en las aulas, tu igualitarismo escolar en la mediocridad y falta de incentivo al esfuerzo, tus universitarios apáticos y tus alumnos de cuatro suspensos y tira p'alante.
Pues la culpa de que ahora la cosa ande chunga, la causa de tanto disparate, descoordinación, confusión y agrafía, no la tenéis los políticos culturalmente planos. Niet.
La tiene el bajo rendimiento educativo de Ortega y Gasset, Unamuno, Cajal, Menéndez Pidal, Manuel Seco, Julián Marías o Gregorio Salvador, o el de la gente que estudió bajo el franquismo: Juan Marsé, Muñoz Molina, Carmen Iglesias, José Manuel Sánchez Ron, Ignacio Bosque, Margarita Salas, Luis Mateo Díez, Álvaro Pombo, Francisco Rico y algunos otros analfabetos, padres o no, entre los que generacionalmente me incluyo.
Qué miedo me dais algunos, rediós. En serio. Cuánto más peligro tiene un imbécil que un malvado.