domingo, 20 de mayo de 2012

¿Por qué nos engañamos?

Desde pequeño hemos oído de nuestros mayores que está mal mentir y engañar a los demás, pero pocas veces nos hablaron de algo que es mucho peor: engañarnos a nosotros mismos. ¿Por qué lo hacemos?

El autoengaño es, sencillamente, una defensa para, en muchos casos, no afrontar la realidad. A corto plazo vivir engañado produce un beneficio: evitar pasarlo mal haciendo frente a una situación poco agradable, por ejemplo. Sin embargo, a largo plazo el autoengaño no provocará más que problemas. Entre ellos, la sensación de no poder afrontar tus propias dificultades, con el consiguiente daño personal que eso conlleva.

Para combatir el autoengaño es necesario ser muy consciente de qué está pasando a nuestro alrededor, y para ello el feedback de nuestros seres queridos es fundamental. Nuestra visión está muy acotada, incluso a veces, tremendamente influida no por lo que pasa, sino por lo que querríamos que pasara.

En definitiva, bajo el autoengaño vive oculto el miedo: el miedo a asumir que la realidad es bien diferente a como nos gustaría que fuera. Y ante esto, si queremos ser felices, podemos actuar de dos maneras: aceptando que esta situación es la que es, o bien actuando para cambiar y reconducir nuestra vida hacia donde nos gustaría que en realidad estuviera. 

Vivir en una realidad ficticia, a la larga, no trae más que problemas.


6 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta!

El blog que te hará pensar dijo...

Te dejo este test de Muy Interesante que justo habla del autoengaño, yo lo vi y lo voy a subir a mi blog y seguro que te viene bien en este post ;)

El blog que te hará pensar dijo...

Que se me olvidaba

http://www.muyinteresante.es/index.php/quiz/?task=user_tst_shw&Itemid=100006&tid=17

Feliun dijo...

Muchas gracias,Pablo. Y a ti también, anónimo.

Alberto Fernández dijo...

El autoengaño es hijo de la más peligrosa de todas las mentiras, la que nosotros mismos nos contamos.

Y la mejor forma de identificarlo es ver cuantas veces recurrimos al "pero" y el "es que" cuando nos dicen algo sobre aquello que nos preocupa.

Un abrazo Felipe.

Feliun dijo...

Gracias,Alberto. En efecto, esas palabras mágicas son claros indicadores de justificaciones, que son merecedoras de una entrada aparte.

Un abrazo!